Tema 1 Hes
Tema 1 Hes
“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica” Salvador Allende
0. INTRODUCCIÓN.
El Paleolítico peninsular abarca desde hace unos 1,3 millones de años hasta hace unos
100.00 años aproximadamente. Los grupos humanos que habitaron la Península Ibérica
este periodo eran pequeños grupos nómadas que se dedicaban a la caza y recolección.
Este periodo de nuestra historia lo podemos dividir en tres etapas:
Podemos diferenciar tres grandes etapas: La Edad del Cobre, la Edad del Bronce y la
Edad del Hierro. Las dos primeras coinciden en que el desarrollo se centra en el sureste
peninsular: la Edad del Cobre, una etapa en la que proliferaron los monumentos
megalíticos (dolmen, menhir) y aparecen los poblados amurrallados. En esta etapa
destaca la Cultura de los Millares
(Almería), caracterizada por
poblados amurallados y necrópolis.
Y la Edad del Bronce, en la que los
poblados van creciendo en tamaño
y extensión, aquí destaca la Cultura
del Argar (Almería), caracterizada
por enterramientos domésticos, una
fuerte jerarquización social y la
arquitectura megalítica (dólmenes
de enterramiento).
La Edad de Hierro (1.000 aC). Esta etapa se inició de la mano de los celtas y de los
primeros pueblos colonizadores (fenicios, griegos y cartagineses), que introdujeron en
la península el trabajo del hierro.
2. LA EDAD ANTIGUA
Las colonizaciones supusieron un fuerte desarrollo económico, cultural y social para los
pueblos peninsulares, al entrar en contacto con civilizaciones más avanzadas. Sin
embargo, esta incidencia fue desigual, siendo muy importante en el litoral mediterráneo,
menor en el interior y escasa en el noroeste.
pueblos íberos, localizados en el sur y este peninsular (sur y este), celtas (noroeste) y
celtíberos (zona de transición del centro peninsular).
- Los Íberos son el conjunto de pueblos del sur y este peninsular sin unidad política
entre ellos muy influidos por los pueblos colonizadores a través de las relaciones
comerciales. Con una economía basada en la agricultura y la ganadería, Los íberos se
organizaban en torno a la tribu y ciudades-estado que extendían su influencia en un
entorno rural. Nunca existieron reinos o Estados. Se caracterizan también por una fuerte
jerarquización social y política y un gran desarrollo artístico con destacada influencia
griega. Era un arte figurativo en el que predominaba la funcionalidad religiosa o
funeraria. Sus esculturas representan figuras humanas y de animales, tanto reales como
imaginarios. Piezas destacadas son: Dama de Elche, Dama de Baza…
Tartessos
La conquista
Roma inicia la conquista de la Península a partir del 218 a.C. en el marco de las guerras
púnicas contra Cartago. En el proceso de conquista podemos diferenciar tres grandes
fases:
La 1ª guerra púnica (264 - 241 aC) concluyó con la derrota cartaginesa. Roma seguía
extendiéndose por el Mediterráneo hecho que llevó a la 2ª guerra púnica (218 - 201
aC). El objetivo fundamental de los romanos cuando llegaron a la península era vencer
a los cartagineses atacando por la retaguardia a las tropas de Aníbal, general cartaginés
que había cruzado los Pirineos y se dirigía a Roma. La expedición romana fracasó y los
generales romanos fueron derrotados y muertos (211 aC).
El segundo periodo de la conquista se caracterizó por las guerras contra los pueblos
de la meseta. Fue una guerra larga debido a la resistencia de lusitanos y celtíberos.
El conflicto con los celtíberos fue más encarnizado porque las tropas romanas toparon
con ciudades bien fortificadas, como Numancia. Además las durísimas condiciones
climáticas de la meseta castellana impedían asedios prolongados. Cansado de la
resistencia de arévacos y pelendones, el Senado romano decidió enviar a su mejor
militar (Escipión Emiliano). Éste puso cerco a Numancia, cuyo asedio duró
prácticamente diez años hasta ser tomada en 133 aC. La ciudad capituló debido al
hambre, y muchos de sus habitantes prefirieron el suicidio a la deshonra de ser vendidos
como esclavos en Roma.
Pacificada gran parte de Hispania, sólo restaba fuera del dominio romano
las tierras del norte. A finales del siglo I a.c. se sometió a las belicosas
tribus del norte, dándose por finalizada la conquista peninsular. El
emperador Octavio Augusto organizó una campaña militar contra
galaicos, astures y cántabros. Roma perseguía la pacificación de estos
pueblos y el acceso a los yacimientos de hierro y oro.
Con el fin de premiar a los soldados veteranos tras esta campaña, Octavio creó para
ellos Emerita Augusta (actual Mérida), que se convertiría por su desarrollo urbano, en
ciudad modelo en Hispania.
Resumiendo, entre los años 218-206 a.C. los romanos conquistan el sur y el levante
mediterráneo derrotando a los Cartaginenses en el marco de las Guerras Púnicas;
Entre los años 206-133 a.C. se ocupa el centro y oeste peninsular gracias a las
victorias en las guerras contra celtíberos y lusitanos; y entre los años 29-19 a.C. se
termina la conquista con las victorias en las guerras cántabro-astures.
La romanización
ejército, las colonias en las que se asentó población de origen itálico, el alistamiento de
indígenas como tropas auxiliares, el intenso proceso de urbanización, la unificación
lingüística a través de la difusión-imposición del latín y el establecimiento de una
amplia red de calzadas de comunicación.
La organización política
La economía romana
Hispania era famosa por su gran riqueza de minerales: oro en Galicia y León (Las
Médulas), plata en Sierra Morena, cobre en Río Tinto (Huelva) y mercurio en
Almadén. Los romanos perfeccionaron las técnicas de extracción. Todos estos
productos iban a parar a la capital del Imperio, y se utilizaban, entre otras cosas, para
acuñar moneda.
La sociedad hispanorromana.
-Ciudadanos romanos, dueños de grandes latifundios, muy ricos. Eran los miembros
del orden senatorial.
-Esclavos. No tenían derechos, ni eran libres. Estos últimos son la base de la economía,
no son propietarios, su situación se hereda.
3/ LA MONARQUÍA VISIGODA.
El Imperio Romano entró en crisis a partir del siglo III, lo que posibilitó la invasión
del mismo por los pueblos bárbaros procedentes del centro y este de Europa. En el caso
de la Península Ibérica, las invasiones se inician el año 409 por los pueblos vándalos y
alanos, que terminaron pasando al norte de África, y por los suevos, que se asentaron en
el noroeste peninsular. A partir del 415 penetran en la península los visigodos, que se
habían establecido en el sur de Francia. Su reino se consolida con la caída del Imperio el
476, pero fueron expulsados del norte de los Pirineos por los francos tras la Batalla de
Vouillé (507), pasando a establecer su capital en Toledo.
Tras la unidad religiosa se persiguió la unificación jurídica: Alarico II, promulgó una
recopilación de leyes romanas o Breviario de Alarico. Posteriormente Chindasvinto y
Recesvinto compendiaron la legislación en el Fuero Juzgo, que constituyó el principal
legado visigodo a los futuros reinos peninsulares.